divendres, 21 de setembre del 2007

La Tupper Therapy

El fin de semana pasado llovía, hacía un viento no apto para faldas a "lo Marilyn" y encima mi querido compañero de fatigas y alegrias se sumergió a tal profundidad en el mar cibernético que era imposible estirarle a la realidad. Tenía estas opciones;
1. Salir sola a dar una vuelta por mi desierto vecindario.
2. Ir al centro de la ciudad y gastarme un dineral en un café por las inclemencias del tiempo.
3. Ver una comedia de amor aburridisima con una companera.
4. Limpiar la casa SOLA y cabrearme por haber malgastado el tiempo.
5. Intentar sacar a mi compañero del oceáno cibernético declarándole la 3a guerra mundial.
6. Praticar el Tupper Therapy.
Pese a las múltiples opciones me decidí por la más pragmática (raro en mi!) y empecé la terapia. Ah! Para practicarla es imprescindible el mal rollo incubierto o no,la nevera llena y amor por la cocina. Una vez reunidos los requisitos hice lo siguiente:
1. Planificar el menú semanal con la comida que se tiene.
2. Crear recetas nuevas y arriesgadas.
3. Cocinar lo que más le guste a quién más quieras para demostrarle que te acordaste de él en lo moentos de mal rollo, en lo que él pasó de ti.
4. Cocinar y ponerlos en los Tupper adecuados.
5. Organizar el frogorífico y congelador según el plan semanal.
¿No es perfecto? liberas estrés y malos rollos y además puedes disfrutar de un montón de teimpo libre durnate la semana.